viernes, 19 de julio de 2019

Índigo mar, de Ignacio del Valle

El refugio del escritor


Valoración: 5/5.

Si algo nos gusta a los escritores es plasmar en nuestras novelas parte de ese mundo literario que rodea a quienes escribimos novelas. Por ello es algo habitual encontrar historias protagonizadas por escritores, ya sea como investigadores en novelas negras o en obras de literatura contemporánea. Que los escritores escriban sobre escritores es quizá un tópico, pero también una ventana abierta para que los lectores conozcan un poco de ese universo que nos rodea. Lo hace magistralmente Stephen King en varias de sus obras, y no puedo evitar citar a David Martín, el escritor maldito ideado por Zafón para El juego del ángel, como ejemplo de ello. Y hay muchos más casos (Ibon Martín con su protagonista, Leire Altuna, o mi propio caso como creador de Rubén Alday), a los que se suma la última novela de Ignacio del Valle, que con Índigo mar nos adentra en una de esas fases especiales del proceso literario: el retiro del escritor para dar forma a su obra.
Del Valle nos presenta a Pablo, un escritor de cierto éxito que ha buscado refugio en el chalet de una isla justo al término de las vacaciones de verano, cuando los turistas han abandonado la zona y el tiempo empieza a empeorar. La tranquilidad de la isla, las vistas al mar y sus chapuzones matutinos pronto conforman la rutina de Pablo, que lejos de asumir su retiro como el de un monje de clausura volcado sólo en aporrear el teclado se entrega también a los paseos por los rincones de la isla y a conocer a los peculiares personajes que la habitan todo el año, convirtiéndola en un lugar lleno de misterio.
Conocí a este autor gracias al libro El tiempo de los emperadores extraños (llevado al cine con la película Silencio en la nieve) y lo cierto es que me sedujo su estilo narrativo y su forma de trabajar la novela negra (fusionada con la histórica) en la saga del capitán Arturo Andrade. Su obra posterior también merece el elogio, aunque cuando empecé a leer Índigo mar me di cuenta de que este libro era muy diferente, más íntimo y personal. A lo largo de sus páginas encontramos reflexiones dignas de anotar, mientras Del Valle juega con cada escena que protagoniza Pablo. Podría decirse que se trata de una novela contemporánea, pero su autor nos reserva una sorpresa en el libro que dará un giro hacia la novela negra, lo que hace que su género sea un tanto ambiguo, fiel a la filosofía que marca a esta novela y que demuestra que nada es lo que parece.
Índigo mar es una novela que se disfruta a cada página, que invita a pensar y que pone a su protagonista frente a diferentes dilemas morales, y que pese a su corta dimensión (ronda las 200 páginas) deja un gran poso tras su lectura. La maestría de Ignacio del Valle (escritor que tiene un hueco especial dentro de mi colección de autores españoles) se evidencia en una historia que habla del ser humano y de los problemas y dudas que le acechan.
Pero, además, la propia edición que nos presenta la editorial Pez de plata se puede considerar una pequeña obra de arte, con una ilustración de portada sugerente y detallista y otra en el interior, y una encuadernación que no suele ser habitual en las novedades editoriales. Se nota que se ha cuidado al detalle esta cuestión, lo que es de agradecer para quienes coleccionamos libros, ya que le aporta un extra que va más allá de la búsqueda de una portada llamativa.
En definitiva, recomiendo a los amantes de la literatura que se animen a leer Índigo mar y a dejarse seducir por las historias que habitan en esta novela. 



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