Reseña
de ‘Un día en el 76’, de Paloma Bahamón Serrano.
Valoración:
3/5.
Si
algo distingue a la novela ‘Un día en el 76’ es su capacidad para sorprender a
los lectores en cada capítulo con los giros en la trama que ofrece su autora, y
que poco a poco van dando forma a la historia. Con un estilo muy personal, al
que ayuda que la narración esté en primera persona, Paloma Bahamón Serrano da
forma a un universo en el que los remordimientos y la impotencia por los hechos
pasados que no se pudieron evitar están muy presentes, y condicionan a la
protagonista en su peculiar viaje a través de la trama.
A la
hora de abordar el primer capítulo, en el que la protagonista parte de la época
actual al año 1976 en una especie de ensoñación para relatar parte de su pasado
y cómo cambió la vida de su familia la muerte de su hermano pequeño cuando aún
era un bebé, es difícil imaginar que esta experiencia parte de las reflexiones
de una protagonista que ha fallecido recientemente.
Pido
perdón por este spoiler, que se hace necesario para seguir hablando del resto
de la historia, pues nos vamos a encontrar con una narradora que debe emprender
su propio viaje como fantasma mientras desconoce las causas de su muerte y las
razones por las que sigue allí.
Y
es en esta parte de la novela donde vamos a encontrar diferentes sorpresas, las
reflexiones morales de la escritora frente a algunos temas y un halo de
misticismo que nos acompañará hasta el final del libro. Es algo que, a mi
entender, le toca descubrir a cada lector, por lo que sólo señalaré la gran
riqueza del texto en cuanto a descripciones de escenarios, a los fragmentos de
la historia de Colombia que se entremezclan con la ficción y aportan más
interés a la narración, así como la denuncia de las atrocidades criminales que,
en aquella época, se llevaron a cabo.
Lo
cierto es que ‘Un día en el 76’ es un libro breve pero intenso, con diferentes
saltos que igual pueden desorientar al lector y algunas partes de la historia
que descolocan (véase el capítulo de ‘El Loco’), pero que genera al lector una
necesidad de, como le sucede a la protagonista, comprender qué es lo que ha
pasado y descubrir qué le espera en esta nueva etapa. No puedo decir que
ofrezca una lectura ágil, quizá por el peso de las reflexiones en la misma,
aunque entono también un mea culpa, ya que la autora se expresa en un español
latino que, por sus términos, obliga a veces a intentar deducir qué es a lo que
se refiere.
Pero
no por ello es un mal libro, aunque me cueste encajarlo dentro de un género
concreto y me aventure más a catalogarlo como narrativa, aunque con pinceladas
de ocultismo y una pizca de intriga. Leerlo resulta entretenido, y creo que es
una experiencia que aporta nuevos conocimientos e invita a reflexionar sobre
ciertos temas que hoy en día siguen resultando un tabú para buena parte de la
sociedad.
Espero
que esta reseña os ayude a decidir si os adentráis en la historia que vive
dentro de ‘Un día en el 76’, y que si lo hacéis disfrutéis de lo que Bahamón
Serrano nos cuenta en ella.
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