Reseña de Catalonia Bank (La farsa y
los trileros IV), de José Rovira Ferrer.
Recuerdo con cierto cariño la primera vez que conocí a Bernat Ramonet. Fue el primer libro que recibí
cuando me apunté a Edición Anticipada, y la primera reseña que
hice para ellos. Se trataba de la tercera entrega de la saga que el
escritor Joé Rovira Ferrer ha dedicado a este curioso capitán del
ejército franquista atrapado en el mundo de las intrigas
internacionales, y lo cierto es que su lectura fue enriquecedora. A
pesar de que a veces se echaba en falta una chispa de acción, en
'Metallteile' se escondían retazos de una historia cercana narrados
con gran conocimiento (no en vano su autor vivió aquella época de
primera mano) que lo convertían en una lectura atrayente. Y, hay que
decirlo, el cierre de esa tercera entrega, con la marcha de Bernat a
luchar como voluntario en la División Azul, dejaba con ganas de
saber qué pasaba después. Sobre todo cuando existía un cuarto
volumen de la saga.
Pues bien, por fin ha caído en mis
manos, y puedo decir con orgullo que no sólo está a la altura de su
antecesor sino que aporta un plus al lector al optar por un enfoque
mucho más especial. La primera advertencia va para quienes hayan
cogido cariño al capitán Ramonet, sus chanchullos y sus líos de
alcoba: os va a doler, chicos.
Porque en esta cuarta entrega Bernat
tiene un protagonismo casi simbólico, ya que apenas iniciado el
libro sufre un accidente de tráfico en el que dan por muerto a
nuestro protagonista. Quizá pienses que acabo de destripar toda la
historia, que soy un canalla sin sentimientos y que deberían
azotarme en público por contar esto. Pero es que lo interesante
viene de la reacción que suscita la 'muerte' de Ramonet y de cómo
algunos de sus allegados se lanzan prestos a cumplir el dicho de lo
de 'El muerto al hoyo... ¡y el vivo al bollo!'.
En esta cuarta entrega vamos a ser
testigos de la codicia en su más pura esencia, de la ambición
desmesurada y el afán por la riqueza, de la falta de lealtad y de
cómo a veces las amistades logran mover montañas. Porque en esta
historia el autor (que no abandona sus lecciones de historia, esta
vez de los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, introducidas
con talento en la trama) retrata a muchos de los personajes que hasta
ahora habían sido secundarios, cuando éstos se enfrentan a la
muerte del capitán.
Paro aquí de hablar del argumento y me
centro en algo que a simple vista puede obviarse, pero que creo que
es de justicia mencionar. El autor de esta tetralogía, José Rovira
Ferrer, cuenta con el aval de haber nacido en 1925 y de haber sido
una persona que, por su trabajo, ha podido conocer bien el ambiente y
las intrigas que plasma en sus novelas. Sus recuerdos se convierten
en la mejor fuente documental de la que puede disponer un escritor, y
el hecho de que con esta edad se lance a escribir y a autopublicar
sus libros demuestran una gran valentía. Por eso, me gustaría
agradecerle que haya tomado esta decisión y nos haya ofrecido estas
novelas, porque sin duda son el mejor legado que se puede aportar en
esta vida.
Rovira Ferrer se ha ganado un hueco en
este complicado mundo de la literatura como narrador fiel de una
época pasada que sigue muy presente en nuestras mentes, y por eso
animo a los aficionados a la novela histórica a que descubran la
historia que este autor ansía contarnos.
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