Nunca antes había tenido un
desayuno en familia tan entretenido como el que me ha regalado hoy Manuel
Bartual. A estas alturas es casi imposible no conocer este nombre, ni saber
cuán desgraciadas han sido sus vacaciones. Desde el día 21 este historietista
ha mantenido en vilo a los usuarios de Twitter con un relato escalofriante de
su estancia en un tranquilo hotel de las Islas. Un supuesto clon, el hotel
misterioso del otro lado de la carretera y el pobre hombre alto que escribía en
el papel higiénico son sólo parte de esta historia paranormal que ha desatado,
con fotos y videos incluidos, el interés de toda una red social.
Chanzas aparte sobre las
vivencias de este pobre artista, he de reconocer que su relato de los hechos
leído de forma continuada (se puede ver el hilo recopilado aquí)
deja claro el talento de este creador. ¿Es verdad o ficción? No voy a entrar a
juzgarle, sino a analizar la maravillosa historia que nos ha regalado Bartual a
través de la ‘tweetliteratura’.
Con permiso de la RAE, me
permito usar este término para referirme a aquellas creaciones literarias que
se manifiestan a través de la red social Twitter. Bien con microcuentos o con
entregas por fascículos como lo que parece ser la historia de Bartual. Durante
una semana, y con una calidad descriptiva genuina, este creador ha mostrado al
mundo lo que en otro formato sería una novela de terror maravillosa. Huyendo de
las largas parrafadas, guiones para diálogos y descripciones profundas, Bartual
aprovecha las nuevas tecnologías para narrar de una forma sencilla su mejor
historia hasta la fecha.
¿Os imagináis estar de
vacaciones en un hotel que tiene un gemelo fantasma donde se alojan los clones
de los huéspedes reales? ¿Cuál es su siniestra intención? Desde luego, suplantar
a esas personas en sus vidas, mientras ellos quedan encerrados en sus
siniestras habitaciones. Como novela, en manos de un buen escritor es historia
de premio. Y si corre a cargo de Bartual tuit a tuit, el éxito está asegurado.
No sólo es que haya aumentado
sus seguidores de poco menos de 20.000 a cerca de 200.000, que haya sido ‘trending
topic’ y los memes y las chanzas a costa de su relato hayan sido el tema
estrella. Lo que este creador nos ha
regalado es un claro ejemplo de que hay nuevas maneras de contar una historia,
de atrapar a cientos de miles de personas con una forma poco convencional, casi
incipiente, de literatura. A ojo de experto, su narrativa tiene calidad y
ofrece la tensión suficiente como para pasar a la historia como uno de los
primeros casos de ‘tweetliteratura’ –o como Pérez-Reverte y los suyos acaben
acuñando al género-.
Bartual tiene talento, sí,
pero además ha sabido ser pionero e innovar. Su relato no sería el mismo si ya
se prodigasen en las redes sociales cientos de estas historias. El chaval tiene
talento y sabe dosificar perfectamente una narración en este nuevo método que,
espero, nos regale pronto grandes creaciones literarias.
Me quito el sombrero ante este derroche de ingenio, y sobre todo por su potencial de cara al público. Aunque puede que cuando se conozca el desenlace más de uno se lleve una desilusión o decida crucificar a Bartual por un troleo a Twitter tan genial. Aun así, mientras releo cada uno de sus tuits y me imagino la escena y cómo sería si formase parte de una novela, pienso que lo que se merece es un aplauso literario de órdago. Eso sí, si no la caga con el final. ¿Gemelos cabreados? ¿Tema de drogas…? Manuel… Si has llegado hasta aquí puedes hacerlo mejor.
Me quito el sombrero ante este derroche de ingenio, y sobre todo por su potencial de cara al público. Aunque puede que cuando se conozca el desenlace más de uno se lleve una desilusión o decida crucificar a Bartual por un troleo a Twitter tan genial. Aun así, mientras releo cada uno de sus tuits y me imagino la escena y cómo sería si formase parte de una novela, pienso que lo que se merece es un aplauso literario de órdago. Eso sí, si no la caga con el final. ¿Gemelos cabreados? ¿Tema de drogas…? Manuel… Si has llegado hasta aquí puedes hacerlo mejor.
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